viernes, 22 de julio de 2011

Noveno día: un almuerzo inusual

Pocos estudiantes, pocos docentes, el mismo dictamen: fiebre, desorden de la personalidad, irritabilidad. Yo sigo sin que me duela una muela y mientras mis compañeros y compañeros han empezado de manera paranoíca a usar tapabocas y lavarse las manos 30 veces al día yo disfruto esta soledad casi obligada. Mi amiga, la creyente angelical viene con su tapabocas y una cara de susto...rio en silencio, sus ángeles al parecer no la protegen del supuesto virus. Reviso el reporte de mis tweets y el facebook a través del celular. Mi amigo Leo parece que ha desaparecido del mapa. Buenos Aires, Sao Paulo, Londres, New York siguen con fuerza militar activa en sus calles. Los vuelos entre América y Europa se han suspendido. Empiezo a creer que la gripa contra la que vacunaron ha avanzado de manera inusitada...y yo quedé sin vacunar, demonios!.
En pleno almuerzo, uno de los pocos estudiantes que vinieron se levantó tembloroso pero lleno de energía, empezó a gritar y sin previo aviso se abalanzó sobre uno de los coordinadores, Lorena es su nombre, mordiéndola como un perro rabioso en uno de sus hombros. Corrí sobre las mesas y junto con dos docentes mas separamos al estudiante de Lorena. Entre 3 tuvimos que llevarla a la enfermería. Amarrada esperamos por sus padres y nuevamente por medicina legal...
No he podido superar la mirada descompuesta e iracunda de esta estudiante...ahora creo que esto está lejano de ser una gripa común.
La impresión de este hecho me llevó a tomarle una foto con mi celular a esta estudiante...hago el reporte de esta situación.

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