domingo, 18 de septiembre de 2011

Regreso

Bueno...ahora tengo una escopeta como diría Bruce Willis en Duro de matar. En este sepulcral silencio comienzo a cargar la escopeta, 5 disparos, 7 criatura potenciales afuera, una noche mas negra que la misma noche. Respiro hondo y voy hacia afuera... pienso en reptar de nuevo , en demorarme una hora adicional , pero me digo que es hora de correr, comienzo mi frenética carrera hacia el frente de mi casa...pero uno no corre igual con un maletín cargado en la espalda, corro, corro, pero a mitad de camino las latas de leche salen del maletín y caen al piso..mierdaaaa hacen un ruido de los mil infiernos y en eso mis ojos ya acostumbrados a la oscuridad ven como mis dos acompañantes de calle giran sus cabezas hacia el ruido. Me han visto!!, empiezan a venir de manera desesperada y mas rápida de lo normal, es obvio, soy carne fresca, soy la respuesta a sus simples preguntas por comida y supervivencia. Estoy en la mitad del camino. No hay señales de vida cuando miro hacia mi casa. Retrocedo y me apoyo contra la caseta del vigilante. Ahora esta será mi fortaleza, mi cabecera de playa, mi centro de resistencia. Levanto la pesada escopeta y apunto hacia la cabeza del primer ser que se acerca, voy calculando la distancia mentalmente...20, 15, 10 metros, 5...disparo.
Una escopeta tiene la característica de disparar casi 25 perdigones o balines en todas direcciones, mi brazo al irse hacia arriba en la fuerza del disparo me hace desperdiciar gran parte del disparo. Esa cosa sigue viniendo hacia mí, suelto el cartucho anterior y disparo de nuevo, esta vez literalmente le he abierto la cabeza en dos. El otro ser se acerca igualmente...25, 30, 15, a los 10 metros disparo dos veces , creo que le lleno el cuerpo de balines pero sigue caminando...trato de disparar de nuevo y la escopeta se traba. Es el último disparo y el ser ya está  ha tres metros de mí. Tiro la escopeta al piso y empuño el bate...este ser es particularmente grande así que el primer golpe que doy no hace mucho daño, se abalanza sobre mí y empuja mi cuerpo hacia la caseta...tiene mucha fuerza maldición!. De repente oigo un disparo seco y este ser cae al piso. Miro hacia mi derecha y veo a Angie con la pistola en la mano a dos metros de mí. Nunca la ví venir. No digo nada .Sólo recojo la escopeta, los víveres caídos y regreso a la casa y aseguro la puerta mientras miro a la Odontóloga.
Gracias- le digo..."pero luego hablamos acerca de disparar tan cerca y en plena noche".

Estoy muy cansado y el sudor me cubre....

jueves, 8 de septiembre de 2011

La casa del tendero

Subo sigilosamente hacia el segundo piso mientras el sudor me corre a raudales por el cuerpo. Y sólo pienso que debo regresar por el mismo camino, cruzando entre estos seres, entre estas sombras humanas hasta la seguridad de mi casa. Pero fiel a mis últimos y nuevos principios: un problema a la vez. Llego al segundo piso y la oscuridad es peor, incluso no veo ni mis brazos producto de la ropa negra que he decidido vestir el día de hoy. Es un pasillo estrecho con tres habitaciones, abro suavemente la puerta del primero y es el baño...vacío. Camino hacia el cuarto que sigue y abro con suavidad la puerta, tratando de no producir el mas mínimo ruido y de repente...la puerta choca contra un muñeco de esos que se activan con cuerda, el rudo que produce en esta oscuridad y silencio es infernal y sin previo aviso, oigo desde la habitación principal el sonido de pasos cada vez mas cerca, mis ojos se han acostumbrado ya a la oscuridad así que lo único que alcanzo a hacer por movimientos reflejos es golpear con furia a la primera sombra que veo acercarse. Un pesado cuerpo cae al piso mientras sigo golpeando con furia, con todas las ganas del mundo. El cuerpo no se mueve. Siento el mismo repudio que sentí la primera vez que maté una de estas cosas...pero debo confesar que es un repudio menor, un malestar matizado por mi deseo de supervivencia. Con mi reloj y su luz identifico que he matado a mi vecino. Tiene pedazos de ropa y carne en sus dientes así que creo que estaba devorando a su esposa...vaya metáfora, te comeré a mordiscos. No sé porqué río cuando pasan cosas horribles. Ingreso en la habitación y comienzo a hurgar, esta habitación fue donde ellos murieron, donde fueron atacados así que sin dificultad encuentro la escopeta y en la cama casi dos cajas de cartuchos. Objetivo uno cumplido. Bajo lentamente y busco la habitación que da hacia la tienda. Abro el maletín que he llevado y empiezo a poner lo que mis ojos y la escasa luz del reloj me dejan ver: lleno el maletín d enelatados, leche en polvo, dulces y barras de energía. Pesa mucho. Destapo una coca-cola y la bebo con desesperación...ahora paso al siguiente problema: hay que regresar con Angie.

martes, 6 de septiembre de 2011

La noche del día 15

Ok. Repasemos. Siete de estas cosas deambulan entre mi objetivo y yo: la casa-tienda de mi vecino, donde espero encontrar provisiones y una nueva arma. Ha caído la noche y mi plan es claro. Iré saltando entre carro y carro hasta la casa del vecino. Sólo llevaré el bate, no quiero que de repente algo me suceda y Angie quede desprotegida. Le he dado instrucciones precisas para que en la eventualidad que yo muera tome todo lo que queda aquí lo suba en su carro y huya lo mas lejos posible. Ella comienza a llorar cuando me ve tomando la puerta para Abrirla: "Javier, cuídate te conozco en muy poco tiempo pero no sabes lo importante que has sido en esta locura...prometeme que regresarás". Sólo atino a besarle la frente y decirle: "Hace mucho que dejé de prometerle cosas a las mujeres, siempre me sale mal". "Sólo ajusta la puerta. Salgo con sigilo y corro suavemente hasta el carro de Angie...para mi fortuna cinco de ellos deambulan en la parte opuesta de la calle. Sólo hay dos interponiéndose entre la puerta abierta del vecino y yo. Paciencia, paciencia, la máxima virtud como diría Confucio. Sudo en demasía...parece que me acabase de bañar pero en sudor, el bate se desliza entre mis manos producto de tanta sudoración, observó nuevamente bajo el carro de Angie, sigo viendo las cuatro piernas entre mi meta y yo, decido arrastrame lentamente...soy una serpiente oscura, un reptil armado de un bate que busca comida...que simple es la vida...alimentarse, beber , fornicar. Quedo en una posición absolutamente inmóvil como si fuese una estatua...uno de los seres se corre ligeramente hacia la izquierda, estoy tentado a correr pero no, sigo con mi táctica, nunca había estado en una noche tan negra como esta caminando lenta, estratégicamente , avanzo unmetro cada 10 minutos, cada vez mas cerca, desde el piso, desde el lugar donde todos escupimos, caminamos y ensuciamos, este lugar es ahora mi salvación, paso casi a dos metros de estas criaturas arrastrándome, mi corazón parece querer salirse, siento que en dos kilómetros se escucha mi corazón...he llegado a la puerta!!!, miró el reloj con la luz para la noche que tiene y veo que han pasado dos horas, dos horas! para caminar 30 metros. Ufff, seco mi sudor y caigo en cuenta de algo...no he traído linterna, cómo sé que buscar y dónde?. Maldición. De repente oigo pasos en el segundo piso. Estuve tan preocupado pensando en los seres de afuera que nunca pensé en quien pudiese estar dentro. Empuño el bate y subo suavemente...creo que estoy preparado para todo.