jueves, 28 de julio de 2011

Dia trece: ella

Las manos me sudaban mientra sme imaginaba a uno de los contagiados tocando mi puerta con ganas de regar los gérmenes sobre mí. Observé por entre la cortina  y lo que ví fue una bella mujer, tocando con angustia mi puerta. De su cabeza caía un hilillo de sangre producto del accidente-supuse- ; lo peor es que a pocos metros, un ser que caminaba amenazante, casi arrastrando las piernas se acercaba hacia la mujer y mi puerta. Ese ser era un conocido concejal que vivía cerca a mi casa, pero su rostro lucía desencajado y demacrado y la sangre bañaba su camisa. Qué hacer? y si ella estaba contagiada? y si este era mi fin?...a la mierda dije!, abrí la puerta y la dejé entrar mientras ella gritaba no sé si de alegría o de horror, salí al antejardín de la casa mientras el concejal transformado se acercaba más, empuñé el bate con fiereza y golpeé hacia su cabeza con violencia, casi con la fascinación de vengar los años de robos por parte de estos politícos de pacotilla. El concejal cayó unos metros hacía atrás ,casi muerto, mientras yo regresaba a casa, puse los cerrojos y me volví hacia ella. Tomé los kleenex que tengo en la mesa ,toqué su cabeza golpeada mientras ella me decía: mucho gusto, Angélica.

1 comentario:

  1. Me gusta como va quedando la historia!!! felicitaciones al escritor y desde aquí le deseo mucha suerte a Javier, se nota que es muy inteligente y va a lograr sobrevivir. Al escritor se le ama con el alma.

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